19 de marzo de 2014

Concurso de Relato Breve “Mensaje en una botella para mi Suegra”


Estaba deleitándome con un vino de Navarra cuando sonó el teléfono. Me pasó el inalámbrico y me dijo: "es mi madre. Dice que ha encontrado una botella con un mensaje tuyo..."

No creía que fuera posible, no esperaba que lo encontraran tan pronto, ¡¡aún no estaba preparado para que nadie descubriera mi terrible secreto. Entonces miré mi teléfono, ¡no sabía qué hacer!, si llamaba a Pedro en ese mismo momento mi mujer se daría cuenta de todo. Entonces, rápidamente y sin pensarlo demasiado tiré mi copa de vino al suelo y le dije a Rosa que me pasara el teléfono mientras iba a por algo para limpiar el estropicio. 

- Suegra, no diga nada todavía, ¡no estropee la sorpresa para su hija! Ella aún no puede saber lo que estoy planeando para nuestro aniversario. Su padre no me lo perdonaría nunca, él fue quién me lo pidió antes de morir. ¡¡Nunca debió llegarle tan pronto la invitación de nuestra segunda boda!! Ella cree que no quería casarme y que por eso la ceremonia había sido tan cutre; ya estaba convencida de que era así... por favor, si la quiere ¡¡invéntese algo!! - solté el teléfono y me hice el loco.

En ese momento volvió Rosa con la fregona y un cubo con agua, parecía un poco enfadada y, sin embargo, sonreía como siempre. ¿Cómo hacía para siempre parecer feliz incluso en los momentos en que estaba más preocupada? Me hizo una seña para que me pusiera a limpiar todo el desastre mientras ella terminaba de hablar con su madre. 

- ¿Qué dices mamá? ¿Qué Juan qué? – cogió la botella de vino de la mesa con furia y me echó una mirada de esas que hielan la sangre. De repente, sin soltar el teléfono, corrió hacia mí con ella dispuesta a abrirme la cabeza y siguió gritando - ¿¡QUE HA EMBARAZADO A QUIÉN!? ¡¡¡YO A ESTE HOMBRE LO MATOOOOO!!!

Me resultó muy difícil lograr calmar a Rosa y decirle que todo eso era mentira, que lo único que pretendía era volver a casarme con ella como se merecía, ¡por todo lo alto! Esa mujer: su madre, mi suegra; estaba claro que no quería verme ni en pintura compartiendo mi vida al lado de su hija.

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